No es una tendencia del todo nueva, pero cada vez es más habitual en las cocinas. Seguro que te has encontrado en la situación de haber cocinado un plato y que la cantidad resultante te haya permitido guardar una ración para otro día. El batch cooking no es sino la evolución de este truco casero. Consiste en planear y cocinar en un solo día, normalmente durante el fin de semana, todas las comidas y cenas de la semana laboral.
Con el batch cooking podrás optimizar al máximo el tiempo necesario para cocinar, el presupuesto invertido y la calidad de los alimentos.
La idea detrás de esta tendencia es invertir entre dos y tres horas seguidas para elaborar el menú para 4 ó 5 días. Las ventajas son muchas:
-Ganarás en organización y control del gasto en la compra.
–Evitarás el estrés de tener que pensar en cada comida y dispondrás de más tiempo libre durante la semana.
–Ensuciarás menos.
–Evitarás la tentación de acabar comiendo fast food en esos momentos en los que tienes hambre y no has planeado con suficiente antelación.
La lista de la compra
-Piensa primero en lo que ya tienes en la nevera y el congelador para aprovecharlo y no comprar nada que ya tengas.
-Decide el número de platos que vas a preparar y el número de raciones.
-Recuerda que un mismo ingrediente, como unas zanahorias o una juliana de verduras, puede servir para dos platos en dos días diferentes. Por ejemplo, una guarnición y un guiso.
La preparación
-Realiza los diferentes platos simultáneamente para agilizar la preparación.
–Cocina primero los estofados y platos que pidan una cocción más larga, e intenta poner esa olla en el fuego que tengas más alejado, así no te estorbará mientras preparas otras.
-Usa el microondas para preparar verduras al vapor que después podrás aprovechar como acompañamiento o como plato único.
-Usa simultáneamente las dos bandejas del horno y sube la temperatura 10 o 20 grados para que la cocción no se ralentice demasiado.
Congela en porciones
La mayoría de platos pueden congelarse sin problemas. Para consumirlos más adelante basta con descongelar con antelación dejándolos en la nevera o en algunos casos calentarlos a fuego lento (arroz, guisos, potajes, sopas, crema de calabacín, vichyssoise, consomé de verduras, etc).
También hay productos que no se pueden congelar, como la mayonesa, las salsas, los huevos duros con cáscara y algunas verduras frescas. En estos casos es mejor guardarlos en la nevera y que sean los primeros platos en ser consumidos.
–Etiqueta siempre los envases con la fecha de congelación y su contenido.
–Ajusta el tamaño del envase a la cantidad de comida que contiene: un muslo de pollo en un táper de dos litros de capacidad se secará.
-Congela los alimentos en porciones individuales. Así en cada momento podrás combinar diferentes ingredientes para hacerte tu propio menú según el hambre que tengas y lo que te apetezca.
-Puede ser muy útil hacer una lista e ir tachando a medida que se acaban las raciones.
¿Y tú, ya practicas el batch cooking?